La dificultad principal, desgraciadamente difícil de superar, es la obtención de un material empírico que permita conclusiones bastante seguras. Las experiencias que aquí entran en juego no están al alcance de la mano. Si queremos ampliar la base de nuestra comprensión de la naturaleza, es menester escudriñar por los rincones más oscuros y reunir el valor necesario para desafiar los prejuicios de nuestra actual cosmovisión. Cuando Galileo descubriócon su telescopio los satélites de Júpiter, chocó de inmediato con los prejuicios de sus doctos contemporáneos. Nadie sabia entonces qué era un telescopio ni qué podía ser. Nadie jamás había hablado antes de los satélites de Júpiter. Desde luego, cada época piensa que todas las anteriores adolecían de prejuicios; hoy lo pensamos más que nunca, y al hacerlo tenemos tan poca razón como todas las épocas anteriores que pensaban de la misma manera. Cuántas veces no se ha visto que la verdad es condenada. Es triste, pero por desgracia cierto, que el hombre no aprende nada de la historia. Este hecho nos causará las más grandes dificultades, pues si comenzamos a reunir material empírico que de alguna manera sirva para esclarecer asunto tan oscuro como el que nos ocupa, podemos estar seguros de hallarlo allí donde todas las autoridades nos aseguraron que no hay nada.
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